ALERGIAS PRIMAVERALES

La primavera es una época del año en la que muchas personas experimentan alergias, lo que puede llevar a problemas de salud como trastornos dermatológicos y respiratorios. En este trabajo se exponen los diferentes tipos de alergias e hipersensibilidades que pueden causar estos síntomas, así como las opciones de tratamiento disponibles.

El sistema inmunológico es responsable de proporcionar al cuerpo una capacidad defensiva contra cualquier sustancia extraña que pueda causar daño. Aunque en la mayoría de los casos este sistema tiene efectos beneficiosos al proteger al cuerpo de posibles infecciones, en ocasiones puede tener efectos no deseados, como en el caso de hipersensibilidad o alergia. En ambos casos, el sistema inmunológico trabaja en conjunto como un todo, con todos los componentes que median una respuesta inmunitaria operando en conjunto

Cuando el sistema inmunológico reacciona de manera desproporcionada a una sustancia inofensiva, conocida como antígeno, se produce una reacción alérgica que puede ser considerada como un estado patológico. Estas reacciones pueden presentar una serie de manifestaciones inflamatorias y pueden variar según el órgano o tejido afectado, incluyendo rinitis, conjuntivitis, urticaria, dermatitis, asma, entre otros.

Tipos de hipersensibilidad

Clasificar los diferentes tipos de hipersensibilidad es una tarea compleja debido a que hay varios criterios que se pueden utilizar. Algunos se basan en el tiempo que tardan en aparecer los síntomas después de la exposición al antígeno (hipersensibilidad inmediata o retardada), mientras que otros se enfocan en el tipo de antígeno o en el órgano o tejido afectado.

Utilizaremos  la clasificación propuesta por Gell y Coombs, la cual consta de cuatro tipos de hipersensibilidad, siendo los tres primeros considerados como hipersensibilidad inmediata y el cuarto como hipersensibilidad retardada. A continuación, se describirán cada uno de estos tipos en detalle.

Reacciones de hipersensibilidad Tipo 1

Las reacciones de hipersensibilidad de tipo I, también conocidas como reacciones de hipersensibilidad inmediata, son aquellas que requieren una previa sensibilización con el antígeno. En estos casos, participan anticuerpos específicos llamados inmunoglobulinas tipo IgE, que se unen a los receptores de membrana en los mastocitos tisulares y leucocitos basófilos. Una vez que estos contactan con el antígeno, liberan sustancias mediadoras, como histamina, leucotrienos, prostaglandinas, interleucinas y bradicininas.

Estos mediadores no solo intentan destruir al antígeno, sino que también producen efectos inflamatorios, como vasodilatación, aumento de la permeabilidad capilar, edema, hipersecreción glandular, espasmo del músculo liso e inflamación tisular por eosinófilos y otras células inflamatorias.

Las reacciones de hipersensibilidad de tipo I son responsables de muchas y de las más frecuentes reacciones alérgicas, como urticarias, dermatitis atópica, asma bronquial, rinitis alérgica y shock anafiláctico.

Reacciones de hipersensibilidad Tipo 2

La hipersensibilidad tipo II es un tipo de reacción inmunológica que ocurre cuando los anticuerpos IgG, IgM o IgA reaccionan con un antígeno unido a la membrana celular, formando un complejo antígeno-anticuerpo que activa el complemento y provoca la lisis celular.

Esta respuesta citotóxica puede causar daño en los tejidos y órganos afectados, y se ha implicado en diversas enfermedades autoinmunitarias y trastornos de la hemostasia. La anemia hemolítica autoinmunitaria es un ejemplo de una enfermedad mediada por la hipersensibilidad tipo II, en la que los anticuerpos reaccionan con los glóbulos rojos, provocando su destrucción y conduciendo a la anemia.

Otras enfermedades autoinmunitarias mediadas por la hipersensibilidad tipo II incluyen la púrpura trombocitopénica idiopática, la enfermedad de Graves y la miastenia gravis. Además, la hipersensibilidad tipo II también puede ser provocada por la exposición a ciertos medicamentos y toxinas.

Reacciones de hipersensibilidad Tipo 3

Las reacciones de hipersensibilidad tipo III, también conocidas como reacciones de hipersensibilidad inmunitaria mediada por inmunocomplejos, se producen cuando la unión de un antígeno soluble y un anticuerpo circulante produce un complejo que precipita y se deposita en el endotelio de pequeños vasos y tejidos, lo que desencadena una respuesta inflamatoria.

Los mediadores inflamatorios implicados en este tipo de reacciones son las enzimas del sistema complemento, los leucocitos y los productos de los leucocitos que son liberados en los sitios de depósito de los inmunocomplejos.

Estas reacciones pueden producir enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide y lupus eritematoso sistémico, así como otras enfermedades como la enfermedad del suero, los exantemas y urticarias, y la vasculitis alérgica.

Reacciones de hipersensibilidad Tipo 4

En las reacciones de hipersensibilidad de tipo 4, también conocidas como hipersensibilidad retardada, intervienen linfocitos T sensibilizados que han establecido contacto previo con el antígeno específico. A diferencia de los tipos de hipersensibilidad anteriores, no participan anticuerpos circulantes en este proceso. Los linfocitos T se activan al entrar en contacto con el antígeno y liberan citocinas inflamatorias que provocan la inflamación y daño en el tejido. Ejemplos clínicos incluyen la dermatitis de contacto, la reacción a algunos medicamentos y la respuesta inmune contra infecciones virales y fúngicas.

A continuación, describiremos algunas de las alergias que se manifiestan con mayor frecuencia durante la estación primaveral:

Tipos de alergias

  • Asma alérgica o extrínseca

La alergia al polen es una de las más comunes en la estación primaveral, y puede manifestarse como asma alérgica o extrínseca. Esta afección suele aparecer en la infancia, antes de los 10 años, y su incidencia ha aumentado en los últimos años sin una causa objetiva clara. Los pacientes con antecedentes familiares tienen mayor predisposición a desarrollar este tipo de alergia. Los alérgenos que provocan el asma estacional pueden ser muy variados, pero en el caso de la primavera, los pólenes son la causa más frecuente, junto con el pelo, plumas y caspa de animales domésticos.

Además de la disnea, la tos y la respiración entrecortada, el paciente con asma también puede experimentar opresión torácica y sibilancias, que son sonidos agudos producidos durante la respiración debido a la estrechez de las vías respiratorias. Los síntomas del asma pueden ser intermitentes o persistentes, y pueden variar en gravedad. En algunos casos, el asma puede ser desencadenado por alergenos específicos, como los pólenes, pero también puede ser desencadenado por irritantes como el humo del cigarrillo, la contaminación del aire, los cambios bruscos de temperatura o el ejercicio físico intenso.

  • Rinitis alérgica

Es una reacción de hipersensibilidad tipo I, mediada por inmunoglobulinas tipo IgE que afecta a la mucosa nasal. La predisposición genética y el nivel de exposición a pólenes u otros alergenos responsables son factores determinantes en la aparición y desarrollo de esta patología. La manifestación de la sintomatología empieza en la niñez y adolescencia, disminuyendo la incidencia a medida que aumenta la edad del paciente.

Los síntomas de la rinitis alérgica incluyen estornudos, picor de nariz y ojos, congestión nasal y secreción acuosa. En algunos casos pueden aparecer complicaciones, como la sinusitis o la otitis media, si no se trata adecuadamente. El tratamiento se basa en evitar la exposición a los alergenos desencadenantes, la administración de medicamentos como antihistamínicos, corticoides o descongestionantes, e incluso la inmunoterapia, que consiste en la administración de dosis crecientes de alergenos con el fin de inducir tolerancia y reducir la sensibilidad del sistema inmunológico.

Según la ubicación geográfica, existen importantes variaciones y predominio de un tipo de polen sobre otro. Una vez que comienza la temporada de polen, la nariz, el paladar, la faringe y los ojos pueden experimentar una sensación de picor, que puede aparecer gradual o repentinamente. Los síntomas incluyen estornudos, lagrimeo, secreción nasal abundante, congestión nasal, picazón y, en ocasiones, conjuntivitis, faringitis, dolor de cabeza, irritabilidad y fatiga. Estas manifestaciones pueden desaparecer de forma natural si se evita el contacto con el alergeno.

En el caso de que no sea posible evitar el contacto con el alergeno y el tratamiento farmacológico no sea bien tolerado o sea necesario el uso de glucocorticoides sistémicos para aliviar los síntomas, se sugiere considerar la aplicación de un tratamiento de inmunoterapia, siempre y cuando se conozca el alergeno responsable. La inmunoterapia debe comenzar poco después de finalizar la estación polínica para permitir al paciente prepararse para la siguiente temporada. Este tipo de tratamiento puede ser muy efectivo en la prevención y control de la alergia, aunque requiere un compromiso y seguimiento a largo plazo por parte del paciente y el médico especialista.

  • Conjuntivitis alérgica

La conjuntivitis alérgica es una inflamación de la conjuntiva, que puede afectar a la parte blanca del ojo y/o a los párpados. Puede aparecer en uno o en ambos ojos y es causada por una reacción alérgica a diferentes sustancias, como polen, ácaros, pelo de animales, entre otros. En algunos casos, puede ser parte de un cuadro clínico más amplio, como la rinitis alérgica o la dermatitis atópica.

Los síntomas incluyen enrojecimiento, picor, ardor, lagrimeo, hinchazón de los párpados y sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo.

En caso de una exposición significativa al alergeno, es posible que se produzca una reacción urticariforme en la zona de los párpados. La conjuntivitis alérgica estacional, que se manifiesta en primavera o verano, afecta con mayor frecuencia a pacientes jóvenes, incluyendo niños y adolescentes, así como a aquellos con antecedentes de enfermedades atópicas.

  • Dermatitis

Las enfermedades alérgicas de la piel pueden tener diferentes causas. La dermatitis atópica, una inflamación crónica de la piel con una fuerte predisposición genética, es una de ellas. Otra causa es la dermatitis de contacto, una respuesta inflamatoria a numerosos alérgenos de diferentes naturalezas. También encontramos las urticarias, resultado del contacto directo con un alérgeno o sustancia irritante. En este caso, solamente nos centraremos en la dermatitis de contacto y en las urticarias estacionales.

  • Dermatitis de contacto alérgica

La dermatitis de contacto, también conocida como eccema de contacto, es una reacción de hipersensibilidad retardada que ocurre como resultado del contacto de la piel con un alérgeno externo. Después del primer contacto, el individuo se vuelve sensibilizado, lo que provoca que los síntomas de la afección se manifiesten tras un segundo contacto con el alérgeno en un plazo de 24 a 96 horas. La evolución de la dermatitis consta de una primera fase aguda en la que se observa enrojecimiento de la zona afectada (eritema), acompañado de prurito y edema.

En la fase exudativa de la dermatitis de contacto, las vesículas que aparecen pueden romperse y dar lugar a una liberación de líquido. Si la patología evoluciona a un estadio subagudo, se produce una desecación del exudado, con la consiguiente aparición de costras de color amarillo. Una vez que estas lesiones se eliminan, la piel se muestra brillante y se produce la fase descamativa de la patología.

La duración de esta afección varía entre una y cuatro semanas, y su extensión es variable. Puede limitarse a la zona exacta donde se ha establecido contacto con el alergeno, o extenderse a una zona mucho más grande con un intenso picor.

  • Urticaria

La urticaria es una manifestación cutánea que se caracteriza por la aparición de habones de color rosado y eritema localizado en la dermis superficial. Se trata de una reacción de tipo inmediato, ya que los síntomas aparecen de forma inmediata o como máximo en las primeras ocho horas tras el contacto con el alergeno.

Los síntomas de la urticaria comienzan con el prurito, seguido de la aparición de habones característicos. Estas lesiones pueden presentarse en diferentes tamaños, siendo las más grandes con un centro que desaparece y formando anillos grandes. Además, tienen una forma redondeada y bien delimitada, aunque también pueden ser irregulares en su forma.

En términos generales, la urticaria se caracteriza por la aparición y desaparición de brotes de habones, lo que significa que las lesiones tienen una duración corta pero pueden extenderse y aparecer nuevas. Este proceso suele prolongarse durante varias horas o incluso días después de la primera manifestación clínica, pero no suele durar más de una semana.

En algunos casos, si la tumefacción es más profunda y afecta a la dermis profunda y tejido subcutáneo, se puede desarrollar un angioedema, que se manifiesta en áreas como las mucosas, los genitales, los labios, los párpados y el dorso de las manos y los pies, y se caracteriza por la presencia de áreas edematosas difusas y dolorosas.

¿ Cómo se diferencia una alergia al polen de un resfriado común?

Un resfriado común puede durar de 7 a 15 días, sin embargo la alergia al polen tiene un periodo de duración más prolongado. En un resfriado común además de mucosidad puede haber dolor de garganta, fiebre, tos y dolor generalizado muscular, síntomas que no aparecen cuando se sufre de alergia al polen.

En la alergia al polen aparece: mucosidad generalmente transparente, goteo nasal, rinitis, conjuntivitis, lagrimeo y picor de ojos, pudiendo aparecer asma.

ALERGIA AL POLENRESFRIADO COMÚN
estornudosestornudos
Congestión nasalCongestión nasal
Mucosidad y goteo nasal transparenteMucosidad amarillenta o verdosa
Picor intenso de ojos y lagrimeoPuede haber tos
Asma ( opresión en pecho)Puede haber fiebre
 Puede haber dolor de garganta
 Puede haber malestar general y muscular
De duración prolongada mientras haya contacto con el alérgenoDura de 7 a 15 días
Tratamiento: Antihístaminicos, descongestionantes, corticoides y/o tratamientos alternativos como el hongo medicinal Champiñón del Sol o remedio homeopático Pollens Si es de origen vírico tratamiento con anticatarrales, antitusívos y mucolíticos y/o tratamientos alternativos

En nuestro siguiente articulo nos centraremos en el tratamiento de la alergia, esperamos que esta información sea de interés , pueden consultarnos para tener un asesoramiento más personalizado a su caso concreto.

En este articulo hemos querido evidenciar que hay muchos tipos de alergia, no solo las más conocidas que es la alergia al polen, polvo, ácaros etc… sino que existen otro tipo de alergias que derivan en patologías mas graves que deben ser atendidas por el especialista .

Por otro lado a nivel de farmacia lo más habitual y por lo que más nos preguntáis es sobre que he de tomarme cuando llega la primavera no paro de estornudar… en nuestro afan de buscar remedios que mejoren el estado de salud de las personas, elaboraremos una guía que ayudará al paciente a mejorar, aunque lo primero es saber que alérgeno causa la alergia para no entrar en contacto con el si es posible.

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