Moléculas aromáticas: linalol, acetato de linálilo
Órgano destilado: sumidad florida
Conocida a menudo como la panacea universal, sus propiedades terapéuticas son muchas y muy variadas. Estamos seguros que conoces de sobras las plantas de lavanda, esas que huelen de maravilla cuando pasas cerca. Pues bien, el aceite esencial se obtiene directamente esas flores de color violeta.
Tiene acción calmante y relajante y puede usarse en difusión ambiental, por vía oral, tópica u olfativa. Por sus propiedades relajantes, está indicado para tratar el estrés, los problemas de sueño, la ansiedad y la angustia, así como algunas alteraciones de origen nervioso del tipo de espasmos digestivos, náuseas o incluso migrañas.
Probablemente estos beneficios son los más conocidos, pero hay muchos otros que te descubrimos en este artículo. ¡Sigue leyendo!
El aceite de lavanda, ideal también para deportistas
- El aceite esencial de lavanda también es muy beneficioso para la piel gracias a su acción cicatrizante y calmante. Es especialmente útil para tratar problemas de la piel y el acné, eccemas, psoriasis, quemaduras y dermatosis.
- Es un potente analgésico y antiespasmódico que puede aplicarse mediante masaje para aliviar calambres, contracturas y espasmos musculares, así como reumatismos.
- En estrés y ansiedad aplicar 2 gotas en la cara interna de las muñecas y realizar un breve masaje frotando una contra otra. A continuación colocar las manos en forma de cuenco y cubrirse la nariz.
- La misma forma de aplicación se utilizará para problemas del sueño. Si lo prefieres, también puedes aplicar las 2 gotas en la almohada, el cuello del pijama o diluidas en aceite vegetal y aplicarlas en el plexo solar.
- Para tratar eccemas, diluir 1 gota en 2 gotas de aceite de caléndula y aplicar en la zona afectada durante el brote.
- Se puede usar en espasmos digestivos de origen nervioso masajeando 3-4 gotas diluidas en abundante aceite vegetal 3-4 veces al día en el sentido de las agujas del reloj.
¡Truco extra! Aplica cuatro gotas del aceite esencial de lavanda en un algodón o en un trozo de madera y colócalo en los armarios, ¡mantendrás las polillas bien lejos!
No se recomienda en menores de 6 años ni durante los 3 primeros meses del embarazo. Puede producir reacciones alérgicas.