¿Tienes acné, dermatitis atópica o psoriasis? Adapta tu protector solar a tu piel.

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y también el más expuesto, estas son causas suficientes para protegerlo frente a las agresiones externas en función de sus necesidades.

Ya conocemos las pautas básicas e imprescindibles para proteger la piel del sol, pero en estos cuidados se deben primar aún más en el caso de que nuestra piel tenga factores que aumenten en la sensibilidad de la piel a la radiación solar, aumentando sus daños. Estos factores son:

· Existen antecedentes familiares de cáncer de piel, especialmente melanoma.

· Unan piel con muchos lunares, lunares irregulares o lunares grandes.

· Aparición de pecas y de quemaduras antes del bronceado.

· Características físicas como piel muy blanca, ojos azules o verdes, pelo rubio, pelirrojo o castaño claro.

· Vivir o pasar el periodo vacacional en lugares de gran altitud (los rayos UV son más potentes a medida que el nivel de altitud es mayor).

· Vivir o pasar las vacaciones en climas tropicales o subtropicales.

· Pasar mucho tiempo al aire libre.

· Padecer una afección médica que debilita su sistema inmunitario, como la infección por el VIH (el virus que causa el sida o AIDS).

· Recibir un trasplante de órgano.

· Tomar medicamentos que debilitan o suprimen su sistema inmunitario o estar en tratamientos como la quimioterapia.

· Toma medicinas que causan que su piel sea más sensible a la luz solar.

· Padecer alguna patología dermatológica.

Debemos resaltar que, la mayor parte de las patologías de la piel son crónicas, y para controlar los “brotes” son necesario tener cuidados específicos, especialmente preventivos, de los efectos de la radiación solar, especialmente llamativos en este tipo de pieles:

Vitíligo. Esta enfermedad de origen desconocido se caracteriza por manchas blancas en la piel causadas por falta de pigmentación.

Debido a esta falta de pigmentación, la piel con vitíligo es mucho más vulnerable a los daños provocados por el sol, por lo que debemos tener muy en cuenta las reglas básicas de exposición, como evitar las horas centrales del día y usar protección solar +50 SPF diariamente y renovándola cada dos horas, cubriendo con especial cuidado en las zonas sin pigmentación tanto por elementos físicos como por cremas solares.

– Acné. Esta es una de las enfermedades más frecuentes y conocidas de la piel, no hablamos únicamente del acné propio de los cambios hormonales que acompaña la pubertad o la menstruación, si no a la patología que puede estar presente a lo largo de toda la etapa de la vida adulta, de forma crónica.

Ocurre por el bloqueo de las glándulas sebáceas debido a una hiperproducción de sebo y células muertas, que se infecta y produce lesiones en forma de pústulas rojizas y elevadas.

Existe una creencia popular de que, tomar el sol, es beneficioso para el acné; pero hacerlo sin protector solar y sin control, puede provocar efectos muy negativos y un aumento considerable de brotes.

Para tener controlado esta patología es necesaria una correcta rutina de cuidados y limpieza facial diaria, además de utilizar protectores solares +50 SPF que regulen la producción de sebo y protejan la piel de forma eficaz sin ensuciarla ni generar más grasa. Escoger protectores solares en forma de gel pero no en crema que engrasan más. A nivel facial escoger emulsiones oil free.

Eccemas. Se trata de una respuesta inflamatoria de la piel ante agresiones externas, como químicos o contaminación ambiental; o también pueden estar causados por la dermatitis atópica o seborreica. En estos casos, es fundamental hidratarla y protegerla correctamente con protectores solares formulados para pieles sensibles.

Psoriasis. Es una enfermedad que causa picazón y dolor, además de zonas de piel enrojecida con escamas. Se debe a una aceleración de la renovación celular que provoca que las células nuevas aparezcan demasiado rápido y se acumulen. En estos casos, es cierto que una exposición controlada al sol puede tener un efecto antiinflamatorio sobre la piel con psoriasis, pero siempre que lo protejamos con un protector formulado para pieles sensibles o alérgicas, sin colorantes ni perfumes.

Piel atópica. Suele ser una condición hereditaria, muy frecuente en la infancia, que produce una reacción exagerada a alérgenos, manifestándose en forma de brotes con periodos de mejoría entre ellos. En muchas ocasiones, estos brotes generan un picor intenso y lesiones inflamatorias realmente molestas. Para la piel atópica se recomiendan exposiciones moderadas con protectores solares especiales para pieles sensibles y atópicas que protegen del sol e hidratan y nutren la piel.

Es cierto que, las patologías dermatológicas o enfermedades de la piel, la convierten en especialmente sensibles a los daños causados por el sol, y, si no están cuidadas, protegidas y controladas, pueden repercutir en brotes que afecten a nuestra calidad de vida.

Es importante conocer las características propias de nuestra piel y saber que aspectos afectan a su sensibilidad para adaptar nuestra rutina de cuidado solar a ellas.

Los solares de Isdin, Heliocare y Avene están testados dermatológicamente, son hipoalergénicos, personas con piel sensible ( atopía, psoriasis, cuperosis, eccemas etc…) deben utilizar protecciones altas si su piel es mixtas deben elegir emulsiones o geles y si es seca pueden ponerse cremas.

En nuestra Farmacia online, Farmadirecto24 estaremos encantados de darte un asesoramiento personalizado, puedes contactar con nosotros.

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